Los 10 mejores juegos de mesa que plagió «Falomir Juegos» (2ª parte)

falomir_juegos

Empezar a escribir esta segunda parte del post que publiqué hace dos semanas ha hecho que me viniese a la cabeza la celebre frase “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. ¿Por qué? Pues porqué la primera parte resultó ser portada en el canal de noticias “Meneame.net” y esto implicó una avalancha de visitas al articulo como pocas veces han visto los servidores de esta humilde página web. Muchas, muchas visitas, tantas que hubo momentos en los que era literalmente imposible acceder a nuestros contenidos. Esto también implicó que hubiese un aumento de comentarios, criticas y alabanzas al redactado. Algunos los podéis leer aquí mismo y muchos otros lo podéis hacer aquí. Pero si hubo algo que me sorprendió fue la defensa a ultranza que algunos (no sé si muchos o pocos, desconozco su peso estadístico) hicieron de “Falomir Juegos” argumentando que éstos fueron en su momento una especie de Robin Hood de finales del s.XX. “¡Gracias a Falomir pude jugar al Trivial!” Con preguntas de mierda déjame añadir. “¡Los juegos originales eran muy caros!” Quizá sí, pero quizá vivía mucha gente con las ganancias de las ventas. No seré yo quien diga nada sobre cómo una familia debe o debía usar sus recursos económicos más o menos elevados. No tengo ni la autoridad ni las ganas, pero sí que tengo la sensación que lo que hizo “Falomir Juegos” plagiando aquellos juegos poco a nada tenía que ver con un espíritu relacionado con ayudar a los menos favorecidos o en hacer llegar a las capas más maltratadas de nuestra sociedad aquellos juegos reservados para los más pudientes. Sinceramente creo que lo hicieron con la única intención de engañar a los compradores. Jugar al despiste con las carátulas de los juegos o usar imágenes (deplorables) como esta que podían recordar a películas taquilleras del momento haciendo creer al iluso comprador que estaba adquiriendo un producto oficial del film:

Sabotaje
«Sabotaje», ¿en serio? Si llegase a verlo, Stallone revolvería sus musculosos brazos en la tumba si no fuese porqué el cabrón no está muerto.

Si realmente querían hacer el bien y ayudar a los niños y a sus familias podrían haber creado sus propias lineas de productos originales. Lo barato no tiene porqué ser malo si es original, lo mal plagiado, en cambio, sí que es cutre. Estoy convencido de que por cada padre que conscientemente compró un producto de “Falomir Juegos” a sabiendas de que se trataba de una mala copia de un juego de moda, hubo otros 10 que se acordaron de todos los ancestros de José Luis Falomir al darse cuenta de que se la habían metido doblada cuando sus hijos decepcionados les dijeron: “Papa, esto no es lo que había pedido a los Reyes”. Desengañémonos, los productos que fabricaban eran malos y aburridos y vete tú a saber qué tintas tóxicas empleaban en el proceso de fabricación de sus ñordo-juegos.

Para cerrar el capítulo “Menéame” sólo quiero comentar que sé que esta segunda parte no tendrá ni de lejos tantas visitas como la primera, pero que de la misma manera sé que sois vosotros, nuestros fieles lectores, a quien nos debemos y que sois los que dais sentido a este proyecto que llevamos en común Álex y un servidor. Gracias por ser los mejores, no los más numerosos ni los que hacéis más bulto, pero sí los mejores.

Después de esta pequeña introducción sigamos con la lista y descubramos los mejores juegos que, a mi parecer, vilipendió con sus malas artes la empresa valenciana:

5. Magia / Magia Borrás

6.Magia
6.Magia ORIG

Siempre me ha gustado la magia. Era de aquellos niños que alucinaba viendo cómo David Copperfield hacía desaparecer la estatua de la libertad, que se le caía la baba con la magia cercana de Juan Tamariz y que intentaba una y otra vez descubrir los secretos que se escondían tras los trucos de magia clásica del Mag Selvin. Así que teniendo esta pasión en mi fuero interior podéis deducir fácilmente que “Magia Borrás” fue uno de mis objetos de deseo más codiciados. Pero por desgracia, a su vez, fue también uno de los más decepcionantes a pesar de incluir una fantástica varita mágica. No me gustó nada ni aprendí a hacer nada que me pareciese especialmente sorprendente, interesante o “mágico”. Apretar fuerte unos conejos de espuma para hacerlos pequeños y que apareciesen después como de la nada era, desde mi punto de vista, una mierda de truco de magia que nada tenía que ver con que hacían mis admirados magos televisivos. Así que si el juego original no me gustó nada imagínate tú que inmenso zurullo debía ser el “notengomáshuevosparaponernombresporquénomeentreno” “Magia”. Al ver la imagen de la caja me asalta la curiosidad, ¿dónde estaban los 200 trucos? ¿Debían contar hacer aparecer las diferentes caras del dado como 6 trucos diferentes? Me encantaría echarle un ojo al libro de instrucciones. Por cierto, fijaos que en la versión de Falomir los conejos de espuma no era más que cubos de espuma sin ninguna forma…

4. La pista del crimen / Cluedo

9.La pista del crimen
9. La pista del crimen ORIG

Las pocas veces que jugué al Cluedo recuerdo que fue un juego que me encantó. Esa mezcla de indeterminación y misterio y su original manera de llevar a una finalización lógica el entramado de un asesinato, hacía que me lo pasase teta. Aquí la copia de “Falomir Juegos” es quizá un poco más sibilina que en los otros casos. Evidentemente el nombre del juego nada tiene que ver con el original pero sí que utiliza el concepto del juego. “La pista del crimen”, ¿en qué consistía “Cluedo”? Pues en eso precisamente, en resolver un crimen a partir de un cierto número de pistas. Y fijaos un poco en la carátula. Qué, ¿no os suena nadie? ¿No? Echadle un segundo vistazo… ¡Sí! ¡Es él! El mismísimo Indiana Jones, encendiéndose un cigarrillo, protagonizaba el juego. ¿Qué podía ir mal? Pues nada, excepto que no creo que Harrison Ford cediese sus derechos de imagen a “Falomir Juegos”. Cientos de padres seguro que picaron al ver al aventurero profesor universitario. Patético.

3. Conquest / Risk

10.Conquest
10.Conquest ORIG

Estamos delante de uno de los juegos de mesa más importantes de la historia. Existen clubs, ligas y miles de jugadores alrededor del globo terráqueo que juegan a Risk, estudian sus tácticas y repiten partidas enteras para ver dónde fallaron o acertaron. Un juego diabólico donde la fuerza no siempre (muchas veces sí) se impone a la táctica o incluso, a veces, a la suerte. Si alguna vez habéis jugado una partida sabéis de qué os estoy hablando, seguro. Siendo este éxito internacional uno de los juegos más vendidos de la historia y que tiene la particularidad de poder enganchar de igual manera a personas de diferentes generaciones, nuestros amigos de “Falomir Juegos” no tardaron demasiado en fabricar su propia “versión”:

– Oye Falomir tendriamos que copiar ese juego de las batallas y las conquistas que lo está petando.

– De acuerdo, ¿cómo lo llamaremos?

– Pues no sé, la verdad. En el juego se lanzan dados y se conquistan territorios.

– ¿Lo llamamos “Lanza el dado”?

– Hummm… no sé si la gente lo captará. 

– ”¿Lanza el dado y conquista el territorio?»

– Demasiado largo, ¿qué tal “Conquista” a secas?

– “Conquista a secas” me suena a una cosa que hago con la señora Falomir en la intimidad, pero centrémonos. Traduce “Conquista” al inglés y empieza a producir.

– “Conquest”… somos unos putos genios del naming

– Sehhhhh

2. Adivina quién es / Quién es quién

8.Adivina quien es
8.Adivina quien es ORIG

Para mí, el original es uno de los juegos más divertidos de la historia de los juegos divertidos. Vale, si te tocaba el negro, el pelirrojo o si tu personaje era una tía tenías todos los números para palmar, pero a pesar de ello el juego era de los que hacen época, y así fue. ¿Quién nacido en los 70 no ha jugado a “Quién es quién”? Poca gente, muy poca. Evidentemente el juego fue un éxito de ventas, su publicitó en televisión y todos queríamos tenerlo. ¿Qué pasó a continuación? Evidente… “Falomir Juegos” hizo su propia versión. Para empezar el nombre es tela de original “Adivina quién es”, con dos santas gónadas gordas como melones, sí señor. Plagiaron hasta la falta de ortografía de no acentuar el “quién”. Nunca he tenido uno de estos ejemplares cerca, pero por la foto del engendro se puede ver la malísima calidad de los dibujos, parece como si todas las caras fuesen iguales. Y a parte, lo que más molaba de “Quién es quién” era el sistema para abatir los personajes que ibas descartando… sin ese sistema el juego perdía un 90% de su gracia. No sé cómo se hacía con la copia barata para eliminar a los personajes que no casaban con las preguntas que ibas realizando, pero tengo la impresión de que el método debía ser sacar el trozo de cartón del marco y apilarlo en la mesa. ¿Alguien lo tuvo y podría confirmarlo?

1. Superpoly / Monopoly

7.Superpoly
monopoly

El juego de mesa por antonomasia, alfa y omega, principio y fin del ocio de sobremesa. Cuando alguien piensa en el concepto “juego de mesa” “Monopoly” es el primer nombre que florece en la mente. Un juego completo, un juego mezcla de estrategia, suerte y pasta, mucha pasta, y a todos nos gusta la pasta. Y un juego a su vez de corrupción, confesad, ¿cuantas trampas habéis hecho jugando al “Monopoly”? Yo muchas, pero muchas, muchas, muchas. Y orgulloso de hacerlo. Somos una sociedad corrupta, somos seres corruptos y “Monopoly” nos permite llevar nuestra corrupción a cotas a las que nuestros bolsillos jamás nos permitirán llegar. Y si por casualidad eras la banca… bufff… si eras la banca… ¿Qué hay más corrupto que un corrupto trabajando para la banca? Pues os respondo: un genio creativo contratado por “Falomir Juegos”. “Superpoly” fue el plagio más descarado, sin esconderse, sin avergonzarse y sin ningún sentimiento de culpa. Si os fijáis, el original y la copia son prácticamente calcos. Un verdadero “Superpoli” (con «i» latina) es lo que tendría que haber visitado las instalaciones de “Falomir Juegos».

Y hasta aquí este repaso. Han quedado muchos otros robos flagrantes, no penséis que “Falomir Juegos” sólo plagió estos 10 juegos, no, no, fueron decenas, centenares e incluso quizá miles de productos producidos bajo el sello de la mala calidad y la peor originalidad e imaginación. Sirva para ilustrar este hecho una última imagen, la de la versión de uno de los juguetes más mitificados de mi generación, el “Auto Cross” de “Congost”. No tuvieron ni la vergüenza de cambiarle el nombre:

45433053

Tomad la medicación…